Atención profesional personalizada. Reforzar el equipo profesional (trabajadores/as sociales, educadores/as sociales, psicólogos/as, etc.), que conoce a cada mayor y busca la mejor solución a sus necesidades.

Acompañamiento telefónico. Formamos y seleccionamos a cada voluntario/a atendiendo al perfil de cada mayor, que recibirá el apoyo de uno o varios voluntarios/as.

Gestión y envío a las residencias de mayores de equipos de desinfección y protección (mascarillas, EPI), teléfonos móviles, ‘tablets’ y cartas para que puedan comunicarse con sus seres queridos.

Detección de personas mayores vulnerables. Nos coordinamos con Servicios Sociales, Centros de Salud y otros recursos para cubrir sus necesidades psicológicas o domésticas (medicinas o comida, etc.).

Adaptar nuestras visitas presenciales, meriendas y fiestas tras el confinamiento para que las personas mayores puedan volver a salir con seguridad y revertir las secuelas en su salud física y mental.

Denunciar el abandono y la discriminación por edad que sufren las personas mayores, tal como ya hemos hecho ante las autoridades, sensibilizando a favor de sus derechos y dignidad.