Si quieres hacer voluntariado acompañando a una persona mayor, ya sea visitándola en su domicilio o en una residencia, ya sea llamándola por teléfono o videollamada, solo tienes que dedicar un mínimo de dos horas a la semana el día que acordéis tú y la persona mayor. ¡Se te pasarán volando y os quedaréis con ganas de más! También dispones de otras opciones más flexibles, como dinamizar los equipos de voluntariado y vecindarios, hacer acompañamientos puntuales (a citas médicas o trámites administrativos), el acompañamiento a las actividades de socialización, el proyecto de relaciones vecinales Grandes Vecinos, el proyecto de detección de la soledad, apoyar en actividades concretas como los encuentros en el barrio, fiestas, meriendas, salidas…, ayudar en la organización de eventos, o participar en la difusión y sensibilización.

Compartir una relación de amistad de calidad y duradera es la mejor forma de paliar la soledad de las personas mayores, pero si se deja al poco tiempo puede generar frustraciones tanto en la persona mayor como en la voluntaria. Por eso es importante que te asegures de que vas a poder realizar el voluntariado de forma continuada durante al menos seis meses… ¡aunque lógicamente el objetivo es que acabe siendo una amistad para toda la vida! Si no puedes implicarte de manera regular o a largo plazo, en Grandes Amigos hay otras opciones de voluntariado más flexibles y puntuales.

Sí, en Grandes Amigos ponemos a tu disposición tanto formación inicial y de integración para el voluntariado, como formación especializada en materias que pueden resultarte de gran ayuda durante tu relación con la persona mayor y para el resto de tu vida: primeros auxilios, detección de maltrato, comunicación con personas con deterioro cognitivo, apoyo en el duelo…