Cada vez se visibilizan más los diferentes tipos de abuso y maltrato a las personas mayores; sin embargo, no son tan conocidas las buenas prácticas que favorecen un trato digno a la vejez, y menos aún aquellas situaciones que no tienen que ver con lo físico o material, sino con lo personal o afectivo. Por eso, con motivo del Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, en Grandes Amigos recopilamos algunos sencillos ejemplos de buen trato nacidos en la experiencia del voluntariado, del acompañamiento afectivo, de las redes de apoyo vecinal o de experiencias vividas en primera persona por nuestros profesionales a lo largo de sus trayectorias.
Fabio Cortés, coordinador del Área Social de Grandes Amigos, destaca en este vídeo la mejora del “proceso vital” de las personas mayores solas a partir del apoyo afectivo y el intercambio de cariño que viven con las personas voluntarias con las que les ponemos en contacto. La importancia del buen trato desde lo cotidiano.
El mal trato a las personas mayores está tan enquistado en la sociedad que ocurre de manera invisible, sin que nadie se dé cuenta o lo denuncie, sencillamente porque el entorno e incluso la víctima no lo perciben como tal; la discriminación se ha normalizado. En este sentido, el primer ataque a la dignidad de las personas mayores, y seguramente el más extendido, empieza por asumir que ya no tienen nada que aportar, hacer, decir o decidir.
Negar la voz y la participación a las personas mayores, no solo en la construcción de una sociedad en la que hoy representan 1 de cada 5 españoles y que en menos de 40 años serán 1 de cada 3, sino en la toma de decisiones que afectan a su propia vida: dónde quieren vivir, cómo desean hacerlo, qué les gustaría hacer… la sociedad y su entorno más cercano, muchas veces de manera inconsciente, les roba sus derechos más básicos y, por tanto, su dignidad. Eso también es un grave abuso.
“Desde entonces me di cuenta de lo importante que es, no solo la escucha activa, sino también la palabra en sí misma: lo que no se nombra no existe. Las personas a las que no se les da voz, dejan de existir”
Esa delgada línea, tan difícil de describir, queda plasmada en esta experiencia que nos cuenta Beatriz Quijada, responsable de Desarrollo Social en nuestro proyecto Grandes Vecinos. En el siguiente relato sonoro, Beatriz recuerda el aprendizaje de una investigación sobre la tradición oral en el mundo rural, gracias a la cual conoció a una gran variedad de mujeres, sobre todo mayores, que le aportaron mucho más que los frutos para su estudio. “Desde entonces me di cuenta de lo importante que es, no solo la escucha activa, sino también la palabra en sí misma: lo que no se nombra no existe. Las personas a las que no se les da voz, dejan de existir”.
El buen trato también es respetar a las personas mayores, no intentar cambiarlas aunque necesiten ayuda. Desde el reconocimiento de la singularidad de cada persona, de sus capacidades y sus cualidades, construimos relaciones afectivas que sean beneficiosas para la persona mayor y que a su vez le permitan desarrollarse personal y socialmente, lo que favorece su participación en la vida de su entorno y que este se enriquezca.
Este enfoque debe regir, más aún en situaciones más complejas, como la que describe en estas líneas nuestra compañera Yolanda González, coordinadora del Área Social de Grandes Amigos:
Un gran amigo, hombre, de 85 años, viudo: su demanda viene por parte de una compañera de recurso sociosanitario, con pocas esperanzas por todas las actuaciones que se habían realizado hasta el momento y después de que su mujer falleciera en diciembre 2019. En pleno duelo, cuando aparece esta sombra del COVID-19 que estos meses nos ha acompañado y cerrado puertas y ventanas, conocemos a este GRAN AMIGO en una situación de mayor desolación, desánimo y frustración para él.
Cuando parecía que podía salir poco a poco de este proceso de duelo por su pareja, el coronavirus aparece en su vida como un obstáculo que le empieza a cerrar puertas a procesos que tenía abiertos, como la atención psicosocial, actividades comunitarias, empezar a abrir nuevas relaciones sociales. La actual crisis le distancia de ese proceso de intervención social, psicológica y psiquiatría.
El trato digno también es comprender y aceptar cómo es la persona e intentar no cambiarla, respetar sus silencios, sus espacios, sus hábitos y rutinas. El buen trato es ofrecer oportunidades para que este acompañamiento afectivo sea positivo para este GRAN AMIGO.
Persona con poco apoyo de red familiar por circunstancias de la vida, a veces comunicaciones difíciles y complejas de gestionar en estos procesos vitales de duelo. Él nos transmite que han sido “un matrimonio ejemplar”, pero no tiene fuerzas ni ánimos y quiere “tirar la toalla”. Este GRAN AMIGO, desanimado, con pocas ganas de vivir y de seguir luchando, lo que quiere es esconderse, cerrar los ojos y esperar que todo pase, e incluso desaparecer él también.
En este momento, gracias a la intervención psiquiátrica y la coordinación con los recursos sociales, llega a GRANDES AMIGOS su demanda para ser acompañado afectivamente, de acogerle, ofrecerle cariño y que él también pueda tener ese espacio para ofrecer la mejor versión de sí mismo, demostrando que, aparte de recibir ayuda, también tiene mucho que aportar.
En Grandes Amigos encuentra a Hania, una voluntaria con competencias de trato digno y respetuoso, que aporta calma y respeta los ritmos de este GRAN AMIGO desde la escucha activa y consciente, promoviendo su bienestar, evitando en todo momento un trato impersonal, favoreciendo el interés por su estado, respetando su libertad y capacidad de decisión en cada momento.
Y no solo sirve la simpatía y la mejor de nuestras intenciones, tenemos que capacitarnos, formarnos, abrir ojos y oídos, estar ahí, atentos/as desde el voluntariado, personas que cada día nos demuestran ejemplos de buenas prácticas en el buen trato, afrontando relaciones y situaciones difíciles, dejándose acompañar y acompañando.
El trato digno también es comprender y aceptar cómo es la persona e intentar no cambiarla, respetar sus silencios, sus espacios, sus hábitos y rutinas. El buen trato es ofrecer oportunidades para que este acompañamiento afectivo sea positivo para este GRAN AMIGO, inicialmente telefónico y poco a poco lo que él vaya decidiendo, haciéndole accesible las distintas posibilidades a su momento, yendo poco a poco, sin forzar, ofreciendo esas oportunidades significativas que le den sentido a lo que siente, a respetarle y respetarse, atendiendo su circunstancia vital actual, y haciendo visibles las opciones para su decisión final. Así lo promovemos en Grandes Amigos y así lo aplica Hania.
Y no solo sirve la simpatía y la mejor de nuestras intenciones, tenemos que capacitarnos, formarnos, abrir ojos y oídos, estar ahí, atentos/as desde el voluntariado, personas que cada día nos demuestran ejemplos de buenas prácticas en el buen trato, afrontando relaciones y situaciones difíciles, dejándose acompañar y acompañando. Permitiéndose la frustración pero no la caída, creciendo en la resiliencia, pero no aceptando que nuestra desmoralización y falta de ilusión en algún momento, por esas situaciones complicadas que nos encontramos, nos repercutan en la calidad de comunicación con GRANDES AMIGOS, sino que sea precisamente lo contrario: motor, fuerza y energía que cada día nos enriquece y que como este GRAN AMIGO, son maestros y escuela a la vez, donde aprender, enseñar y compartir.
Gracias Hania y gracias Gregorio, GRAN AMIGO, por esta gran experiencia de BUEN TRATO.
En Grandes Amigos, como entidad que trabaja desde hace 17 años por el bienestar y los derechos de las personas mayores, tratamos de mejorar cada día y aplicar un buen trato en todo lo que hacemos. Para que estas buenas prácticas cada vez sean más generalizadas, hemos organizado junto con Matia Fundazioa la webinar ‘Sociedad y trato digno a la vejez. ¿Lo estamos haciendo bien?’, que puedes seguir este lunes 15 de junio en directo o bien en diferido, a través de la web envejecercondignidad.org.