Cada pieza que compone este precioso mural de ganchillo tejido a mano por vecinas representa una historia, un recuerdo o una experiencia vital. Son las vivencias que han plasmado en ganchillo un grupo de vecinas mayores y de otras edades del municipio gipuzkoano de Pasaia. Este encuentro intergeneracional ha significado una experiencia transformadora y saludable para todas las participantes. Y ha sido posible gracias a la iniciativa de Tejido Comunitario que hemos puesto en marcha desde Grandes Amigos, a través de Adinkide, que es como se llama nuestra delegación vasca.
“La historia de las bateleras que enamoraron a Víctor Hugo, las redes de los arrantzales que había que reparar después de cada marea y el bacalao que se pescaba en Terranova para comercializarse… -relata la crónica de la periodista Elena Viñas en el periódico Diario Vasco, que ha seguido de cerca el proyecto-. Son solo algunos de los retazos del pasado que están presentes en el mural de ganchillo ideado por una decena de vecinas de Trintxerpe y San Pedro”.
Cada cuadro de este mural de ganchillo representa un recuerdo o una vivencia de cada participante: las redes de pescar, el remo, las traineras o embarcaciones locales o el escudo del municipio.
Además de acompañar y apoyar emocionalmente a las personas mayores en riesgo o situación de soledad, en Grandes Amigos nos esforzamos en recuperar las redes vecinales de toda la vida. La pandemia ha demostrado lo importante que son para todo el mundo, y en especial para las personas mayores. Cada día somos testigos de cómo se van quedando solas en los barrios donde han vivido siempre, hasta no conocer a nadie de confianza con quien charlar, dar un paseo o pedir ayuda cuando lo necesiten, en una sociedad que además infravalora y aísla a quienes envejecen.
Por eso unimos a través del ganchillo a un grupo de mujeres de diferentes edades de Pasaia “para crear algo colectivo, tejer barrio y nuevos vínculos de afecto entre vecinas”, cuenta nuestra compañera Blanca Caballero, responsable de Desarrollo Social de Adinkide en la zona, que ha dinamizado la iniciativa junto con Oihana Merino (@Lalocadelacasa).
Las personas mayores han participado como las demás, sintiéndose en igualdad, reconocidas y valoradas por sus propias vecinas: no solo reforzamos su autoestima, sino también su red social y el vínculo con el entorno, clave para prevenir situaciones de soledad.
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Lo emocionante es comprobar que a la vez que las vecinas tejen un mural de ganchillo, con el mar y su tierra como escenario común, cuentan sus historias de vida y tejen genuinos lazos de vecindad y amistad entre personas que hasta hace poco no se conocían a pesar de vivir cerca, como son los distritos de Trintxerpe y San Pedro, en Pasaia, localidad cercana a Donostia-San Sebastián.
Así, desde Adinkide hemos generado el espacio de encuentro necesario para que surgieran estas historias de mujeres de mar inspiradoras, contadas por las propias vecinas: con sus manos, han tejido vínculos, diversidad, vecindad, compañía, tradiciones y recuerdos.
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Hemos recuperado esos espacios en los que, de generación en generación, se mantenían vivas la sabiduría que atesoran las personas mayores y las tradiciones.
Cada vez que estas mujeres vecinas se juntaban para tejer ganchillo en compañía se creaba un clima muy saludable, que ha propiciado nuevas relaciones de confianza y amistad, compartiendo confidencias, complicidad, cuidados y aprendizajes vitales.
Lo mejor es que el proyecto de Tejido Comunitario ha sido tan positivo que va a tener continuidad, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Pasaia, que cederá un espacio municipal para acoger los futuros encuentros.