A Sara, voluntaria de Grandes Amigos, le gustan los valores, las recetas, los chistes y la forma de ver la vida de Charo.
Mézclate con gente de otras edades y recibirás los mejores consejos de vida.
En Grandes Amigos te lo ponemos fácil.
A Sara, voluntaria de Grandes Amigos, le gustan los valores, las recetas, los chistes y la forma de ver la vida de Charo.
Mézclate con gente de otras edades y recibirás los mejores consejos de vida.
En Grandes Amigos te lo ponemos fácil.
¿Sabías que los jóvenes de entre 18 y 24 años son el grupo de edad más afectado por la ansiedad (34.6%) y la depresión (42.9%) durante el confinamiento? ¿Y que la mitad de la población mayor de 55 años (56%) ha sentido soledad?
Con la pandemia, nos cuesta generar confianza con otras personas y pedir ayuda para afrontar problemas. Ese aislamiento está afectando a nuestra salud.¡Volvamos a hablar!

HAZ VOLUNTARIADO Y APOYO VECINAL CON PERSONAS MAYORES

Teje una amistad real y recíproca, sin postureos, con una persona mayor que hoy está sola: en Grandes Amigos hay distintos programas de acompañamiento y socialización que se adaptan a ti.

JUEGA AL QUIZ: ¿CUÁNTO SABES SOBRE LA VEJEZ?

Descúbrelo con nuestro quiz y desmonta falsos mitos sobre las personas mayores que también te afectan a ti. Obtén tus resultados al instante.

5 CLAVES PARA VIVIR DESPUÉS DE UNA PANDEMIA

Las personas jóvenes y mayores pueden aportarse mutuamente mucho más de lo que crees.

1. RESILIENCIA PARA RELATIVIZAR

La gente mayor, a pesar de ser las principales víctimas de esta crisis sanitaria, han dado una lección de resiliencia, prudencia y sentido común. En un momento en el que gran parte de la juventud se siente perdida, atrapada entre dos grandes crisis mundiales que han frenado sus proyectos vitales, resulta esencial aprender de los más mayores la capacidad de relativizar los problemas y salir adelante tras pasar guerras, posguerra, falta de libertades y derechos y diversas crisis económicas.

2. LA VIDA ES MUCHO MÁS QUE ‘EL AQUÍ Y AHORA’

En una sociedad que asocia el éxito a logros más efímeros y materiales, se vuelve imprescindible una visión de la vida más a largo plazo. Los años dan una perspectiva y una profundidad que ayudan a valorar las cosas realmente importantes: no son el último modelo de móvil o el vídeo viral del momento; tiene más que ver con las cosas que dan sentido a tu vida, como sentirnos apoyados y escuchados cuando lo necesitamos o disfrutar de un buen rato con amigos. Esto nos ayudará a vivir con más intensidad cada momento.

3. SÍ, SERÁS MAYOR… Y SE PUEDE SER FELIZ

El actual ritmo de vida tampoco ayuda a darnos cuenta de que algún día seremos mayores en un futuro donde viviremos más años pero más solos, según las proyecciones demográficas. Compartir tiempo con personas mayores ayuda a acercarnos a nuestro propio envejecimiento y a ser conscientes de lo importante que es prevenir la soledad durante toda la vida.

4. BIENESTAR Y SALUD MENTAL SIN PREJUICIOS

Durante la pandemia, los jóvenes han enseñado a toda la población a hablar sin prejuicios de ansiedad, depresión e incluso soledad. Romper estos estigmas es clave a la hora de abordar cuestiones tan básicas para la salud, cuando hoy son temas tabú para gran parte de la población e invisibilizados en la vejez.

5. TU VECINO MAYOR TE SIGUE ECHANDO DE MENOS

Otra de las cosas positivas que trajo el Covid-19, aunque solo temporal, fue el apoyo vecinal. Los portales se llenaron de carteles de gente que se ofrecía a ayudar a sus vecinos más mayores, para hacerles un recado o simplemente interesarse por su estado. Lamentablemente, aquella reacción espontánea se apagó a medida que se retomaron horarios laborales y rutinas, llevando de nuevo al olvido y a la soledad a muchas personas mayores. La solidaridad intergeneracional y la buena vecindad deberían estar integradas en nuestro día a día y no depender de emergencias.

5 CLAVES PARA VIVIR DESPUÉS DE UNA PANDEMIA

Las personas jóvenes y mayores pueden aportarse mutuamente mucho más de lo que crees.

1. RESILIENCIA PARA RELATIVIZAR
La gente mayor, a pesar de ser las principales víctimas de esta crisis sanitaria, han dado una lección de resiliencia, prudencia y sentido común. En un momento en el que gran parte de la juventud se siente perdida, atrapada entre dos grandes crisis mundiales que han frenado sus proyectos vitales, resulta esencial aprender de los más mayores la capacidad de relativizar los problemas y salir adelante tras pasar guerras, posguerra, falta de libertades y derechos y diversas crisis económicas.
2. LA VIDA ES MUCHO MÁS QUE ‘EL AQUÍ Y AHORA’
En una sociedad que asocia el éxito a logros más efímeros y materiales, se vuelve imprescindible una visión de la vida más a largo plazo. Los años dan una perspectiva y una profundidad que ayudan a valorar las cosas realmente importantes: no son el último modelo de móvil o el vídeo viral del momento; tiene más que ver con las cosas que dan sentido a tu vida, como sentirnos apoyados y escuchados cuando lo necesitamos o disfrutar de un buen rato con amigos. Esto nos ayudará a vivir con más intensidad cada momento.
3. SÍ, SERÁS MAYOR… Y SE PUEDE SER FELIZ

El actual ritmo de vida tampoco ayuda a darnos cuenta de que algún día seremos mayores en un futuro donde viviremos más años pero más solos, según las proyecciones demográficas. Compartir tiempo con personas mayores ayuda a acercarnos a nuestro propio envejecimiento y a ser conscientes de lo importante que es prevenir la soledad durante toda la vida.

4. BIENESTAR Y SALUD MENTAL SIN PREJUICIOS
Durante la pandemia, los jóvenes han enseñado a toda la población a hablar sin prejuicios de ansiedad, depresión e incluso soledad. Romper estos estigmas es clave a la hora de abordar cuestiones tan básicas para la salud, cuando hoy son temas tabú para gran parte de la población e invisibilizados en la vejez.
5. TU VECINO MAYOR TE SIGUE ECHANDO DE MENOS
Otra de las cosas positivas que trajo el covid, aunque solo temporal, fue el apoyo vecinal. Los portales se llenaron de carteles de gente que se ofrecía a ayudar a sus vecinos más mayores, para hacerles un recado o simplemente interesarse por su estado. Lamentablemente, aquella reacción espontánea se apagó a medida que se retomaron horarios laborales y rutinas, llevando de nuevo al olvido y a la soledad a muchas personas mayores. La solidaridad intergeneracional y la buena vecindad deberían estar integradas en nuestro día a día y no depender de emergencias.