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Pilar, 75 años construyendo igualdad

Mar 8, 2020

La falta de oportunidades y de reconocimiento profesional y salarial -con sus consecuencias en las pensiones-, el desequilibrio en las tareas domésticas, en la crianza o en los cuidados familiares… Son retos aún pendientes en la lucha por los derechos de las mujeres, incluidas las mayores como Pilar. Esta feminista declarada y activista, de 75 años, hoy disfruta de la labor que realizamos en Grandes Amigos frente a la soledad.

De hecho, el 87% de las personas beneficiarias de nuestra labor son mujeres, como Pilar. Con ella hemos charlado con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, estrenando así el canal de podcast de Grandes Amigos y la serie ‘Mayores Historias’.

Hablar de feminismo con Pilar, que nos recibe en su casa del barrio de Aluche (Madrid), es hablar de heroicos episodios de activismo por la igualdad de género, pero también de la callada pelea cotidiana del día a día, esa en la que sutilmente viven aún tantos machismos.

Ella tiene 75 años y se ha unido a Grandes Amigos para disfrutar de nuevas amistades y espacios de socialización que enriquezcan la independencia con la que ha elegido vivir.

“Desde niña tenía esa inquietud dentro de mí, junto con la educación que me dio mi abuela”

“Yo me crié en una zona muy pobre de Madrid, en Vallecas, y ya desde niña tenía esa inquietud dentro de mí, junto con la educación que me dio mi abuela”. Transmitir de generación en generación la necesidad de avanzar en los derechos de las mujeres, tanto jóvenes como mayores, es una constante en la conversación con Pilar, desde su infancia al futuro que sembró educando a sus hijas.

DE LA MUJER EN PROPIEDAD A ‘JUEGO DE TRONOS’

El desayuno que nos ha preparado Pilar empieza fuerte. Cuenta que no hace tanto que los hombres llegaban a jugarse a sus propias mujeres en una timba de cartas, igual que apostaban dinero o terrenos. Lo hizo su bisabuelo, cuando todavía se practicaba en algunas zonas rurales el derecho de pernada, escuchamos con los ojos ojipláticos Sara, Jose y José Ángel, que formamos parte del equipo técnico de Grandes Amigos.

Suena el timbre. Es el repartidor de Amazon. Es que le he comprado un reloj al nieto de una vecina”, explica Pilar. Compra por internet, ve Netflix y HBO y nos desvela por qué le gusta mucho más el personaje femenino de Cersei Lannister que el de Khaleesi. Pero valora mucho más la amistad que tiene con su vecina Marisa, aunque piensen de manera muy diferente. Construyendo igualdad desde el respeto y la diversidad.

“No querían que nos ocupáramos de la educación de nuestros hijos”

“Que venga a hablar su marido”. Era la respuesta que recibía si Pilar iba al colegio a hablar con un profesor de las niñas, o si reclamaba al albañil que había hecho una obra en casa que no había quedado bien. “Es como cuando el marido dice que te ayuda en casa, ¡como que te ayudo, si compartes esta casa conmigo?”, se rebela mientras reflexiona: “cosas aparentemente intrascendentes nos llevaron a algo mucho más profundo”. Y así montaron una asociación de mujeres en el barrio. Eran los años 80 del siglo pasado, en plena Transición.

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Aquel grupo de mujeres -siendo muchas de ellas amas de casa a quienes hoy se sigue sin reconocer su labor- se partieron la cara por los derechos laborales de hombres y mujeres

“Quien luchó, entre otras muchas mujeres, para que las APAS (en referencia a las asociaciones de padres y madres de alumnos) estuvieran en los colegios públicos, fui yo. No querían que nos ocupáramos de la educación de nuestros hijos. Todas aquellas pequeñas cosas que pasan desapercibidas (micromachismos) que las hablas con vecinas que son como tú, son las que hacen que te preguntes: ¿Y a mí por qué me pasa todo esto?”. Básicamente por ser mujer.

DETENIDA EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE SEGURIDAD

Aquel grupo de mujeres, muchas amas de casa a quienes hoy se sigue sin reconocer su labor, se partieron la cara por los derechos laborales de hombres y mujeres. Paradójico pero real. Dos empleadas de la tienda Simago del barrio fueron despedidas por meterse al baño a comer un miserable bocadillo, cuando no tenían derecho ni para descansar 5 minutos. Pilar y sus compañeras se plantaron en la puerta del establecimiento para denunciar lo ocurrido ante los vecinos, con el fin de que readmitieran a las extrabajadoras.

La protesta les valió estar detenidas 72 horas en la temida Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol de Madrid. “Aquello fue una humillación y una vejación, te hacían sentir como los orinales de los hombres”.  

La contribución de todas las mujeres, más o menos visible, ha servido para que la sociedad alcance derechos hoy irrenunciables. Por ello, además de mostrar la historia de Pilar, en Grandes Amigos hemos lanzado la campaña #ConEllasAvanzamos, para visibilizar en las redes sociales la lucha y esfuerzo de todas ellas, especialmente las mujeres mayores.

pantallazo twitter #ConEllasAvanzamos

EL TRABAJO Y LOS CUIDADOS FAMILIARES, UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS

“Una de las primeras cosas que me planteé, y que sigue existiendo, fue el salario: si un hombre y una mujer hacemos la misma tarea, exactamente igual, por qué le pagan más a él y a mí menos”. Sabe de lo que habla. Cuando trabajaba, Pilar hizo un curso de informática para optar a una mejora laboral, a la que también se presentaban tres hombres. Ella sacó la mejor nota. Su jefe, que no lo esperaba, hizo todo lo posible para que el puesto fuera para un hombre, pero ella no se amedrentó y acabó dirigiendo el departamento financiero, para lo cual “elegí un grupo de mujeres, éramos las más competentes de la empresa, un gran equipo”.

Sin embargo, como tantas mujeres, Pilar tuvo que dejar de trabajar al casarse porque “mi marido me lo pidió”. Le queda al menos el orgullo de “transmitir mis ideas a mis tres hijas”. Y entre medias, un divorcio muy doloroso, pero había que seguir remando.

“Me encanta cuando veo las manifestaciones por el Día de la Mujer, me gustaría ir pero por mi salud ya no puedo salir”

“Cuando me separé tenía otra responsabilidad muy grande: cuidar a mi padre”. En España el 88,5% de quienes cuidan son mujeres, y la mitad son familiares directos (según datos de la Fundación Pilares). Una cruda realidad en la que la propia Pilar atisba cambios que deparen en una sociedad de los cuidados más igualitaria: “Conozco a muchos hombres que han cuidado a su familia”.

Hacerse mayor le ha dado perspectiva para reconocer avances en la igualdad, aunque aún queda mucho por recorrer: “A la mujer se le respeta más, aunque no lo suficiente”, a la vez que se entusiasma ante el 8M: “Me encanta cuando veo las manifestaciones por el Día de la Mujer, me gustaría ir pero por mi salud ya no puedo salir”.

“La mujer pierde sus valores como ser humano, se le ultraja”, lamenta sobre la imagen de objeto sexual de la mujer que proyecta la televisión a los jóvenes

En cambio, Pilar nos advierte de ciertos retrocesos en los derechos de las mujeres. Por ejemplo, lamenta su cosificación como objeto sexual que ciertos programas de televisión están transmitiendo a la juventud: “la mujer pierde sus valores como ser humano, se le ultraja. La sexualidad no se puede comercializar”. Lo dice quien ayudó, a través de las charlas semiclandestinas que organizaba en la asociación, a que muchas vecinas (también mayores) conocieran métodos anticonceptivos, mejoraran su salud reproductiva y sexual y aprendieran a disfrutar de su propia sexualidad.

Los estereotipos ligados a la vejez se nos van cayendo a medida que avanza la conversación. El amor y la sexualidad no son tabú para una persona de 75 años. “Follar es una cosa y hacer el amor es otra. Y hoy se folla más que hacer el amor”, comenta preocupada por la banalización de las relaciones sexuales hoy en día.

AMOR Y SEXO CUANDO SE ENVEJECE

“El amor maduro es otra cosa”, explica Pilar como refiriéndose a un nivel superior que desconocía hasta que encontró hace 13 años a Néstor, su actual pareja. Eso sí, cada uno vive en su casa y sus hijas aún no le conocen. Así lo ha querido Pilar. Su independencia como mujer no está reñida con el deseo de la pareja.

“Nos conocimos por internet. La primera vez que quedamos, una tarde del mes de agosto, nos fuimos al Campo del Moro, y estuvimos casi dos horas besándonos. Fue la cosa más pura, más ingenua y más inocente que yo he vivido nunca con un hombre”. 

“Besarnos fue como si a través de nuestros labios quisiéramos transmitir todos los problemas de soledad, incomprensión y angustia personal que sentíamos los dos”

Expresar los sentimientos ha sido sanador. Los volcó durante años, de puño y letra, en su libro de poemas, muchos dedicados a Néstor. Ya pasados a ordenador, nos recita los más especiales. A pesar de que no puede leer demasiado tiempo seguido por problemas de salud, quizá algún día vuelva a escribir.

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¿MERECE LA PENA TANTO ESFUERZO?

“Nosotras tenemos la llave del cambio. En la medida en que la mujer sea consciente de su poder, de la influencia que ejerce sobre sus hijos, puede cambiar todo. Por eso la sociedad nos rechaza tanto”. La educación, una vez más, emerge como palanca de cambio del feminismo, del anhelo por un mundo que no discrimine por ser mujer, tal como han sufrido tantas de las mayores que acompañamos en Grandes Amigos.

“Tenéis que tomar conciencia del papel que tenéis en la sociedad”, nos pide Pilar

A sus 75 años sigue contribuyendo al cambio por los derechos de las mujeres, jóvenes y mayores, igual que hizo su abuela con ella. “Al final la vida es muy corta y estar bien con uno mismo es lo más importante. Y sí, sí me ha merecido la pena tanto esfuerzo”.

Puedes suscribirte ahora a los podcast de la serie ‘Mayores Historias’ de Grandes Amigos a través de este enlace.