Además de todo con lo que venimos disfrutando todos los años en esta tradicional fiesta: los villancicos, la merienda, los encuentros entre voluntarios y mayores, el cariño, la amistad y la cercanía que hay entre todos y que va creciendo año a año, etc. esta vez se notaba algo especial.

Amigos de los mayores somos cada vez más, ya empieza a ser complicado juntar a tantos el mismo día y en el mismo sitio. Esta vez casi 150 personas. Y otro año más, el escenario fue el NH Nacional en el Paseo de Prado. Casi no cabíamos en la sala. Y empezó a hacer calor, mucho calor humano.
Tras la merienda llegó la puntilla. Un cantante, que empezó con villancicos y canciones populares, animó a mayores y voluntarios. Después dio pasó a otro compañero suyo que animó, presentó, hizo reír y… ¡encima cantaba bien!

Os podéis imaginar cómo acabó aquello: los peques bailando en el escenario, los voluntarios cantando y haciendo coros, los mayores bailando salsa encima de las mesas ¿Encima de las mesas? Bueno, no, no tanto, era una exageración, pero si nos dejan una hora más…

No sabemos qué habría pasado si nos dejan una hora más, porque nadie quería irse. Pero dejemos algo de ganas para el año que viene, porque el pasado 19 de diciembre de 2010 en el NH Nacional, el listón quedó muy alto para futuras celebraciones.

Seguro que podremos mejorarlo si volvemos a contar, como siempre, con la inestimable ayuda de voluntarios y colaboradores a los que Amigos de los mayores quiere agradecer el éxito, cada vez mayor, de estos encuentros.

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