El pasado sábado volvimos a disfrutar de una cita que no por habitual deja de ser una de las más importantes del año. Como cada mes de diciembre tuvimos oportunidad de despedir el año todos juntos mayores y voluntarios  y equipo técnico que forman parte de la Fundación, uno de los días que más ilusión genera en nuestra entidad y en el que tenemos la oportunidad de reencontrarnos con pausa, repasar el año y divertirnos un poco. 

El escenario volvió a ser el Hotel NH Ribera del Manzanares. A pesar de la lluvia 250 personas entre mayores y voluntarios acudieron dispuestos a despedir el año de la mejor manera posible. Esta ocasión sirvió también para dar voz a las historias de algunas personas mayores que forman parte de la organización y Ataúlfo compartió con nosotros un pedacito de su vida, como pintor y como invidente y nos transmitió un mensaje de alegría y de superación personal. Además pudimos proyectar alguno de los Monólogos de la Soledad y realizar un homenaje a la actriz protagonista Margarita Arnaz que colaboró con nosotros de forma desinteresada. La ovación que recibió y sus bonitas palabras ayudaron a calentar el evento.

Antes Tatiana Barrero directora de la Fundación y Mayte Sancho presidenta del patronato habían aprovechado para dirigir unas palabras a los asistentes y para agradecer a los voluntarios la labor que realizan durante todo el año.

Y después llegó el momento de bailar y de ceder el micrófono a Gulli, nuestro showman preferido. Un veterano ya en este tipo de eventos demostró por qué sus actuaciones guardan tanta expectación. Todo el mundo salió a bailar y disfrutó durante más de una hora de clásicos de hoy y de siempre.

Por último llegó la hora de los regalos. Queremos agradecer especiálmente a Santa Lucía por su aportación en forma de cestas de Navidad que han servido de regalo para las personas mayores y a algunos voluntarios de Metro Madrid por su ayuda en la recogida de personas mayores.

Y casi sin darnos cuenta la hora de despedirnos, del barullo de taxis y coches bajo la lluvia, de las felicitaciones navideñas y los buenos propósitos que colgamos en un árbol Navideño, de intercambiar teléfonos con las nuevas amistades que hemos conocido en esas horas y de recordar que ha pasado un año más y que seguimos estando juntos, haciéndonos compañía y tratando de robarle cada vez más espacio a la soledad.