Esta vez nos fuimos un grupo de siete personas mayores con unos cuantos amigos más. Llegamos allí el viernes 17 de septiembre a última hora de la mañana. Allí nos esperaba Miguel, dueño de la casa rural y también gran amigo de los mayores, su madre, la cocinera que nos deleitó con sus habilidades todo el fin de semana, y su padre, que siempre estaba dispuesto a paliar nuestra sed como encargado del bar.

El viernes fue un día de descanso, charlas, cariños y sobre todo un día de admirar el paisaje, sus bosques y sus montañas. Una cena rápida y sabrosa y a descansar para el día siguiente.

El sábado fuimos a visitar el Santuario de San Pedro de Alcántara, en una localidad cercana. Allí pasamos la mañana entre cúpulas, capillas, viejas y nuevas historias. Terminada la visita y después de disfrutar del sol en el jardín que rodeaba el santuario regresamos al Rinconcito, disfrutamos de la comida y mientras unos se fueron a descansar otros demostraron su pericia jugando a las cartas.

Por la tarde un paseíto corto para estirar las piernas por los alrededores de Cuevas del Valle, abrir de nuevo el apetito y a disfrutar de la cena, de las conversaciones y las canciones de Carmen.

El domingo, tras visitar el cercano pueblo de Mombeltrán, salimos para Madrid de vuelta. ¡Qué pena que todo lo bueno dure tan poco!